top of page

La noche repetida





Borges dijo una vez que el relato que da título a este libro es uno de los mejores de la literatura argentina, y confesaba que había logrado hacerlo llorar. El cuento «La noche repetida» es, en efecto, una pequeña obra maestra que juega con el tiempo y el espacio para relatar una historia de lealtad filial y de malevos en un Palermo realista de comienzos del siglo XX.

Los cuentos policiales conviven en este libro con los que presentan misterios en la vida cotidiana; los relatos en primera persona, con la narración clásica en tercera persona; los de ambiente porteño, con los de localización remota; las invenciones propias, con las notables adaptaciones de argumentos clásicos.

Publicado en 1953, con influencias de Chesterton, Kafka, Borges y Cortázar, La noche repetida muestra el color propio de Peyrou, capaz de llevarnos a un diálogo casi íntimo, en el que la inteligencia del narrador establece inmediata complicidad con su activo socio, el maravillado lector.


Las que faltaban





Juana de Arco, Malinche, Sofonisba Anguissola, Mary Wollstonecraft, Victoria Kent, Jane Austen, Marie Curie, Simone Weil o Rosa Parks también estuvieron ahí. Con brillantez y elegancia, Cristina Oñoro construye un fascinante relato que desmonta las narraciones sobre la humanidad y derriba los discursos misóginos heredados.

A partir de una maravillosa red de conexiones entre experiencias femeninas, Cristina Oñoro cuenta otra historia del mundo, empleando para ello un sinfín de detalles memorables y anécdotas curiosas, así como los últimos avances de la investigación especializada sobre sus protagonistas. Las que faltaban recorre con rigor algunos momentos históricos cargados de significado, desde la oscuridad de las cavernas prehistóricas hasta la Guerra de Afganistán, pero también de la literatura, el arte, la filosofía y la ciencia para tratar de iluminar, con notables dosis de ironía y erudición, las zonas de sombra en las que se ha relegado a las mujeres. El resultado es una nueva épica, atrevida y poderosa, que desmitifica la construcción heroica y violenta del pasado en favor de una visión del mundo profundamente relacional y abierta a lo posible.

De la mano de la autora, el lector descubrirá a las amigas de Juana de Arco, se reirá con las confusiones lingüísticas entre Malinche y Hernán Cortés durante la Conquista y se asombrará ante los malabares de los Curie para lograr cierta conciliación familiar y que Marie también pudiera quedarse en el laboratorio hasta tarde. Sin caer en la tentación de presentar a sus protagonistas como excepciones, Las que faltaban traza una auténtica genealogía y en sus páginas vemos desfilar a muchas otras mujeres, como las comadronas del mundo clásico, la hija de Cleopatra, la escritora Christine de Pizan, las damas de la corte de Isabelle de Valois, Mary Shelley y Cassandra Austen, las alumnas de la Residencia de Señoritas de Madrid, las activistas Gloria Steinem y Dorothy Pitman Hughes o escritoras chicanas como Gloria Anzaldúa. Las incisivas observaciones de Virginia Woolf, así como una amplia selección de imágenes, acompañan la lectura del libro, en el que también se recorre de forma sutil la historia del pensamiento feminista.


Mañana tendremos otros nombres





Premio Alfaguara de novela 2019.


«La autopsia de una ruptura amorosa que refleja la época contemporánea de manera excepcional». (Del acta del jurado).


Viven en Madrid, en la actualidad. Ella es arquitecta, tiene miedo a hacer proyectos de futuro y busca algo que no puede definir. Él escribe ensayos, lleva cuatro años a su lado y nunca pensó en verse soltero de nuevo, en un «mercado» sentimental del que lo desconoce todo. Por las grietas de su derrumbe como pareja entran las amistades, sus consejos y sus vidas, la mayoría de las veces con más dudas que certezas.

Es la generación Tinder, la de unas personas que eliminan a otras con un dedo; una generación en la que todos están expuestos y a la postre desencantados. La ruptura de una pareja también dice mucho de un país, de un momento, de una idea de convivencia. Y la radiografía de los tiempos es dura: padres que lo son por obligación, experimentos de reinvención personal que son performances sin público, unas tecnologías que lo penetran todo, incluyendo la intimidad.

Ella y Él, ya próximos a los cuarenta, comienzan a habitar esos nuevos espacios posibles en paralelo, sin desgarros románticos pero con una fuerte añoranza misteriosa que tal vez vuelva a reunirlos. Mañana tendremos otros nombres es una mirada a las relaciones sentimentales del animal humano desde una óptica sociológica que no excluye la ternura. Es, sobre todo, la gran novela del amor en los tiempos de las redes.

-----------------------------------------

Han dicho sobre la novela:


«Mañana tendremos otros nombres es la fascinante autopsia de una ruptura amorosa, que va más allá del amor: es el mapeo sentimental de una sociedad neurótica donde las relaciones son productos de consumo. Bajo la anonimia de unos Él y Ella, construye la historia de dos personajes que son vagamente conscientes de su alienación. Un texto sutil y sabio, de gran calado psicológico, que refleja la época contemporánea de manera excepcional y toma el pulso a las nuevas formas de entender los afectos».

Jurado del Premio Alfaguara de novela 2019


«Tengo la impresión de que hemos premiado una novela excelente que quizá el tiempo convierta en una obra maestra».

Juan José Millás (presidente del Premio Alfaguara de novela 2019)


«Esta novela es la afilada historia de una ruptura amorosa celebrada en el corazón del capitalismo actual».

Manuel Vilas


bottom of page