Malena a veces repaso nuestras horas aquellas y te presiento, cuando en las tardes de invierno, al regreso del laburo venias por Rivadavia a mi encuentro, esperando en la esquina de "Las Violetas"... y yo con el corazón en el bolsillo... Un café, una charla amena, unos mimos y nos íbamos del brazo mas allá del pensamiento.... Cuando solamente tu sonrisa de tierna griseta alcanzaba para desmayarme de amor..., para embarcarme en cualquier camino del destino..., para beber de un trago contigo como sea la vida entera...
Estas en mi!... seguís en mi!... y en este febril delirio de poeta
por Rivadavia y Medrano, tu sonrisa de griseta cada día vuelvo a ver...
Hoy cuando en sueños tu silueta se aparece, atravesando la niebla
del tiempo como una estrella fugaz en mi mente..., eso tan
tuyo, ese algo tuyo que envolvió y encantó todo mi ser, sigue
abrazándome el alma, animando de tibia esperanza mis noches
desoladas
jcp
Caracas, 2016
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