Cada vez que recorro las calles de Nápoles la nostalgia
y la melancolía me traen tu bello y femenino recuerdo
encarnado para siempre en la memoria más íntima de mi
corazón... Entonces atravesando el tiempo aparecen y
me abrazan el alma aquellas tus dulces y entrañables
palabras, las que encierran sin desperdicio todo lo
nuestro vivido dentro... -entre la fragancia del café
recién hecho a la mañana- Sabes americano! Olerá así
cada día de tu vida en que decidas volver y amanecer
conmigo!!...
Catarí mujer napolitana, tu eras mi alegría, mi esperanza
entera, pero eras prohibida... Jamás olvidaré esa fragancia
envolviendo de amor, ternura y pasión aquellos pequeños
grandes momentos de nuestras vidas!
jcp
08/03/2022
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