Puro fuego
LA FRAGUA: la realidad golpea dura en Hammond, pero
el eco de esos golpes apenas resuena, porque la América
de los años 50 vive sumergida en sueños de triunfo.
Mientras Esther Williams emerge pulcra de infinitas aguas
virginales, en las escuelas se esgrimen las primeras navajas,
asoma la droga y estalla la violencia. Las pandillas de
adolescentes proliferan al mismo ritmo que el desmoronamiento
de sus padres, adultos que ganaron una guerra para luego perder
la madurez entre divorcios y alcohol.
EL FUEGO: Son casi niñas pero lo arrasan todo. Cuentan entre
trece y dieciséis años, visten chaqueta de pana negra y una
bufanda escarlata: son las chicas que componen Foxfire, la
banda justiciera, y están dispuestas a todo con tal de
enfrentarse a la opresión de los hombres y de sus leyes
machistas. Aunque disponen de pistolas, saben que sus mejores
armas son la fidelidad que han jurado tenerse y los propósitos
de venganza.
LA LLAMA: Joyce Carol Oates figura entre los candidatos al
Premio Nobel, y su nombre es célebre por novelas tan significadas
como Solsticio, Marya y Aguas negras. En Puro fuego la autora rinde
lo mejor de sí misma para denunciar con rabia y ternura las razones
más profundas de la delincuencia juvenil, un tema de plena vigencia
que sigue asombrando a los hipócritas.